La Masonería contemporánea conserva las antiguas formas místicas que le adjudicaron sus fundadores a la Masonería especulativa primitiva alrededor de 1620, cuando fue concebida como una herramienta para la elevación espiritual y moral del hombre. De ahí que en las liturgias y rituales aún encontremos vestigios de distintas tradiciones espirituales y esotéricas como el judaísmo, el cristianismo, el hermetismo y el cabalismo.
Después de su resurgimiento en 1717 en Londres y de su reforma filosófica, la Masonería se enfocó al mejoramiento moral e intelectual del ser humano.
Para comprender lo anterior no debemos pasar por alto que la Edad Media fue una etapa histórica que giró la fe cristiana-católica. La necesidad de explicar los datos contenidos en la Biblia motivó el estudio de los métodos de enseñanza de la época que dieron como resultado la pedagogía de inspiración cristiana.
El objetivo que perseguía la educación cristiana era no sólo proporcionar información conceptual sino también formación ética; hacer de los educandos filósofos, buscadores de la sabiduría, puesto que Cristo era llamado "Sabiduría de Dios"
De ese ambiente cristiano-católico del Renacimiento procede la Masonería especulativa, luego que al concluir la Edad Media no hubo más catedrales por construir. Los masones de hoy conservan las antiguas formas místicas de la Masonería especulativa primitiva, pero a la luz de la reforma del pensamiento en el Siglo de las Luces le dan una orientación científica y filosófica para la mejora integral del hombre.
ABSTRACCIONES FILOSÓFICAS
Como es sabido, para ingresar a la institución masónica es una tradición el requisito de la creencia en Dios y en la inmortalidad del Alma, sin embargo no debemos perder de vista que de ser dogmas de la Edad Media y el Renacimiento en los que se sustentó a la Masonería especulativa primitiva que aspiraba a la elevación espiritual del ser humano, con la reforma pasaron a ser abstracciones filosóficas.
Es preciso aclarar que la Masonería de nuestros días no exige la creencia en un dios determinado por las religiones establecidas. Se trata más bien de una abstracción filosófica a la que denomina el Gran Arquitecto del Universo, refiriéndose al dios de la convicción personal de cada quien. Cada masón acepta a un ser supremo de acuerdo con sus creencias especiales, con su preparación, con su cultura. En esa forma abstracta de denominarlo como el Gran Arquitecto del Universo se conjugan todos los intereses.
Tal reconocimiento de un Principio Originario y de una Causa Primera, deja a cada uno de los masones sus puntos de vista particulares sobre la naturaleza del mismo, absteniéndose de todo acto confesional. Por tanto, no prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción religiosa y rechaza toda afirmación dogmática y todo fanatismo.
Por lo anterior debemos subrayar que la Masonería reconoce la posibilidad de mejoramiento indefinido del hombre y de la humanidad, en un principio superior ideal que denomina el Gran Arquitecto del Universo.
La creencia en la inmortalidad del Alma es una idea paralela a la creencia en Dios. Como ésta, también hoy en día es un dogma que pasó a ser una abstracción filosófica. Hoy nos referimos a la inmortalidad del Pensamiento.
El masón librepensador no cree que el Alma va a poblar Campos Elíseos o Paraísos o Edenes. Un hombre se inmortaliza en muchas formas, no necesariamente pensando que va a poblar regiones etéreas. El masón sabe que la inmortalidad se alcanza por la obra, por el ejemplo, por la enseñanza, por el camino que se lega. Es decir: un hombre vale por su vida, por todo lo que realiza en ella y por lo que es positivo y de provecho para los demás.
LA BIBLIA EN EL ARA
Así como los dogmas de la creencia en Dios y la inmortalidad del Alma, la presencia de la Biblia en el Ara de las logias ha suscitado debates a lo largo de la etapa moderna de la Masonería, llegando al grado de prescindir de ella como fue en el Gran Oriente de Francia en el siglo XVIII, en pleno Siglo de las Luces, al tiempo que se omitió toda referencia al Gran Arquitecto del Universo. Hoy en día en aras de un laicismo mal entendido se llega incluso a sustituir a la Biblia con la Constitución Política de un país.
La tradición masónica, que ya dijimos procede de la Edad Media y el Renacimiento, sostiene que las Tres Grandes Luces de la Masonería son El Libro de la Ley, o Volumen de la Ley Sagrada como le llaman los masones ingleses, la Escuadra y el Compás, que deben estar expuestas en el Ara durante los trabajo de logia.
Aquí volvemos a la antigua tradición mística que dio origen a la Masonería especulativa que pretendía el perfeccionamiento espiritual del hombre, para explicar que la Biblia, como dice la liturgia, era "la Gran Luz de la Masonería primitiva y guía orientadora en el sendero de la virtud hacia el Templo de la Dicha".
La Biblia representaba la voluntad revelada del dios judío-cristiano y era para el masón especulativo su soporte espiritual, su regla y guía de conducta. Para el masón moderno, la Biblia o cualquier otro libro considerado sagrado sólo es una herramienta simbólica para el perfeccionamiento humano y representa al Libro de la Ley.
Es oportuno destacar que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado además del Libro de la Ley establece la presencia de la Constitución en el Ara de la logia, aunque no aclara si se trata de la Constitución de la Gran Logia o la del país en que se trabaja. Sólo dice que "es la Ley que nos ata y nos obliga, en nuestro eslabonamiento recíproco".
Fundamentado el punto del por qué de la presencia de la Biblia en el Ara de la logia, concluimos con lo siguiente:
La presencia de la Biblia obedece al entorno cristiano-católico en que nació la Masonería especulativa en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento, cuando la influencia de la Iglesia romana dominaba en todos los órdenes de la vida, y lo que se pretendía era la constructivismo espiritual del hombre, el mejoramiento de la raza humana desde el punto de vista de la doctrina cristiana.
PERFECCIONAMIENTO MORAL E INTELECTUAL
La presencia de la Biblia en nuestros trabajos en logia es imprescindible por la gran carga simbólica y moral que representa. Algunas razones son las siguientes:
a) La historia del pueblo de Israel es la fuente de donde parten las leyendas míticas de la Masonería, como es la construcción de templo y la leyenda del tercer grado, entre otras.
b) En la Biblia están contenidos los secretos o "palabras sagradas" de los diferentes grados de la Masonería.
c) La Biblia contiene además enseñanzas relativas a la Moral Universal, es decir a la ética observada por los pueblos de la tierra para su sana convivencia social.
Con lo anterior dejamos en claro que la presencia de la Biblia en el Ara de la logia no obedece a una cuestión dogmática y en todo caso representa al orden moral al que el masón aspira en su trabajo de perfeccionamiento.
Por otra parte consideramos que al renacimiento de la Masonería especulativa en 1717, con su carácter científico y filosófico, los masones ingleses decidieron conservar la Biblia para prestar sus juramentos masónicos sobre ella, tal como lo hacen en la vida secular por la influencia que recibían de la Iglesia Cristiana Anglicana.
Después de su resurgimiento en 1717 en Londres y de su reforma filosófica, la Masonería se enfocó al mejoramiento moral e intelectual del ser humano.
Para comprender lo anterior no debemos pasar por alto que la Edad Media fue una etapa histórica que giró la fe cristiana-católica. La necesidad de explicar los datos contenidos en la Biblia motivó el estudio de los métodos de enseñanza de la época que dieron como resultado la pedagogía de inspiración cristiana.
El objetivo que perseguía la educación cristiana era no sólo proporcionar información conceptual sino también formación ética; hacer de los educandos filósofos, buscadores de la sabiduría, puesto que Cristo era llamado "Sabiduría de Dios"
De ese ambiente cristiano-católico del Renacimiento procede la Masonería especulativa, luego que al concluir la Edad Media no hubo más catedrales por construir. Los masones de hoy conservan las antiguas formas místicas de la Masonería especulativa primitiva, pero a la luz de la reforma del pensamiento en el Siglo de las Luces le dan una orientación científica y filosófica para la mejora integral del hombre.
ABSTRACCIONES FILOSÓFICAS
Como es sabido, para ingresar a la institución masónica es una tradición el requisito de la creencia en Dios y en la inmortalidad del Alma, sin embargo no debemos perder de vista que de ser dogmas de la Edad Media y el Renacimiento en los que se sustentó a la Masonería especulativa primitiva que aspiraba a la elevación espiritual del ser humano, con la reforma pasaron a ser abstracciones filosóficas.
Es preciso aclarar que la Masonería de nuestros días no exige la creencia en un dios determinado por las religiones establecidas. Se trata más bien de una abstracción filosófica a la que denomina el Gran Arquitecto del Universo, refiriéndose al dios de la convicción personal de cada quien. Cada masón acepta a un ser supremo de acuerdo con sus creencias especiales, con su preparación, con su cultura. En esa forma abstracta de denominarlo como el Gran Arquitecto del Universo se conjugan todos los intereses.
Tal reconocimiento de un Principio Originario y de una Causa Primera, deja a cada uno de los masones sus puntos de vista particulares sobre la naturaleza del mismo, absteniéndose de todo acto confesional. Por tanto, no prohíbe ni impone a sus miembros ninguna convicción religiosa y rechaza toda afirmación dogmática y todo fanatismo.
Por lo anterior debemos subrayar que la Masonería reconoce la posibilidad de mejoramiento indefinido del hombre y de la humanidad, en un principio superior ideal que denomina el Gran Arquitecto del Universo.
La creencia en la inmortalidad del Alma es una idea paralela a la creencia en Dios. Como ésta, también hoy en día es un dogma que pasó a ser una abstracción filosófica. Hoy nos referimos a la inmortalidad del Pensamiento.
El masón librepensador no cree que el Alma va a poblar Campos Elíseos o Paraísos o Edenes. Un hombre se inmortaliza en muchas formas, no necesariamente pensando que va a poblar regiones etéreas. El masón sabe que la inmortalidad se alcanza por la obra, por el ejemplo, por la enseñanza, por el camino que se lega. Es decir: un hombre vale por su vida, por todo lo que realiza en ella y por lo que es positivo y de provecho para los demás.
LA BIBLIA EN EL ARA
Así como los dogmas de la creencia en Dios y la inmortalidad del Alma, la presencia de la Biblia en el Ara de las logias ha suscitado debates a lo largo de la etapa moderna de la Masonería, llegando al grado de prescindir de ella como fue en el Gran Oriente de Francia en el siglo XVIII, en pleno Siglo de las Luces, al tiempo que se omitió toda referencia al Gran Arquitecto del Universo. Hoy en día en aras de un laicismo mal entendido se llega incluso a sustituir a la Biblia con la Constitución Política de un país.
La tradición masónica, que ya dijimos procede de la Edad Media y el Renacimiento, sostiene que las Tres Grandes Luces de la Masonería son El Libro de la Ley, o Volumen de la Ley Sagrada como le llaman los masones ingleses, la Escuadra y el Compás, que deben estar expuestas en el Ara durante los trabajo de logia.
Aquí volvemos a la antigua tradición mística que dio origen a la Masonería especulativa que pretendía el perfeccionamiento espiritual del hombre, para explicar que la Biblia, como dice la liturgia, era "la Gran Luz de la Masonería primitiva y guía orientadora en el sendero de la virtud hacia el Templo de la Dicha".
La Biblia representaba la voluntad revelada del dios judío-cristiano y era para el masón especulativo su soporte espiritual, su regla y guía de conducta. Para el masón moderno, la Biblia o cualquier otro libro considerado sagrado sólo es una herramienta simbólica para el perfeccionamiento humano y representa al Libro de la Ley.
Es oportuno destacar que el Rito Escocés Antiguo y Aceptado además del Libro de la Ley establece la presencia de la Constitución en el Ara de la logia, aunque no aclara si se trata de la Constitución de la Gran Logia o la del país en que se trabaja. Sólo dice que "es la Ley que nos ata y nos obliga, en nuestro eslabonamiento recíproco".
Fundamentado el punto del por qué de la presencia de la Biblia en el Ara de la logia, concluimos con lo siguiente:
La presencia de la Biblia obedece al entorno cristiano-católico en que nació la Masonería especulativa en el tránsito de la Edad Media al Renacimiento, cuando la influencia de la Iglesia romana dominaba en todos los órdenes de la vida, y lo que se pretendía era la constructivismo espiritual del hombre, el mejoramiento de la raza humana desde el punto de vista de la doctrina cristiana.
PERFECCIONAMIENTO MORAL E INTELECTUAL
La presencia de la Biblia en nuestros trabajos en logia es imprescindible por la gran carga simbólica y moral que representa. Algunas razones son las siguientes:
a) La historia del pueblo de Israel es la fuente de donde parten las leyendas míticas de la Masonería, como es la construcción de templo y la leyenda del tercer grado, entre otras.
b) En la Biblia están contenidos los secretos o "palabras sagradas" de los diferentes grados de la Masonería.
c) La Biblia contiene además enseñanzas relativas a la Moral Universal, es decir a la ética observada por los pueblos de la tierra para su sana convivencia social.
Con lo anterior dejamos en claro que la presencia de la Biblia en el Ara de la logia no obedece a una cuestión dogmática y en todo caso representa al orden moral al que el masón aspira en su trabajo de perfeccionamiento.
Por otra parte consideramos que al renacimiento de la Masonería especulativa en 1717, con su carácter científico y filosófico, los masones ingleses decidieron conservar la Biblia para prestar sus juramentos masónicos sobre ella, tal como lo hacen en la vida secular por la influencia que recibían de la Iglesia Cristiana Anglicana.
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